EL ESPACIO
Dicen que a las ciudades se las conoce a través de sus bares, donde uno degusta la gastronomía propia de la zona y además se relaciona con los vecinos de los diferentes barrios. Que conocer una ciudad es saber qué se come y qué se bebe en ella. Palma tiene unos cuantos bares y bodegas clásicos, pequeños negocios de familias que se han convertido en parte de la idiosincrasia del barrio y uno de los más auténticos sin duda es el Bar Rita, que mantiene su genuino aspecto de bar de toda la vida y, con su decoración ‘vintage’, recuerda a las tascas del siglo pasado.
Un local de toda la vida, en pleno centro histórico de la ciudad (Zona Gerreria) recientemente reformado y cuyas riendas han asumido jovenes emprendedores, en el que además hacen llonguets buenísimas (entre otras tantas cosas como pa amb olis), ¿qué más se puede pedir?
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Tienen una variada carta de llonguets, con una sugerencia especial, el Serranito. -Es potente-, nos avisa el encargado. Se trata de una llonguet caliente, con, atención, los siguientes ingredientes: lomo, jamón serrano, pimiento verde, y una salsa especial compuesta por mostaza y mahonesa. Los bocadillos (llonguets) son de un tamaño correcto, ni muy grandes ni pequeños, bien tostaditos y calientes. Y puedes pedirlo a tu gusto también, incluso si prefieres el tomate en rodajas o restregado.
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Ofrece una panoplia de tapas y aperitivos y destaca por su pica-pica de sepia, sus llonguets y algunas delicias de la exótica cocina árabe. Actualmente se ha convertido en un lugar de encuentro de periodistas, intelectuales, artistas y mensualmente se pueden disfrutar exposiciones de arte.
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